La peculiar (y llamativa) dieta de la princesa Ana
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Son muchas las incógnitas acerca de lo que comen los miembros de la realeza. Por ejemplo, en Zarzuela, Letizia cuida muchísimo su alimentación y trata de comprar productos orgánicos y limitar el consumo de azúcar; siguiendo desde hace años la dieta Perricone, basada en alimentos con poder antiinflamatorio y antioxidante. Mientras tanto, los Windsor llevan una dieta de lo más peculiar: Isabel II jamás probó la pizza y ninguno de los miembros de la Familia Real come ajo por el mal aliento que puede dejar.
Pero si hay una dieta curiosa, esa es la de la princesa Ana, que alguno de sus gustos los ha heredado de su ya recordada madre. Tal y como ha revelado Hello Magazine, la hermana de Carlos III elige para desayunar un tazón de fruta, una forma muy saludable de dar el pistoletazo de salida al día. «No pueden faltar en su desayuno los plátanos pasados, con la piel casi negra y la pulpa sobremadurada, porque se digieren fácilmente», ha confesado Darren McGrady, chef de la Casa Real británica. Todo lo contrario que su madre, que comenzaba el día con un té Earl Grey para después disfrutar de un desayuno compuesto por cereales, yogur y tostadas -con mermelada de naranja amarga de Sevilla, su preferida-.
Frutas / Gtres
La princesa es, también, gran amante de los pescados ahumados, como el salmón, la caballa y la trucha. Pero si hay una comida que le vuelve loca y que nadie se esperaría que formase parte de la dieta de una princesa, son los pasteles de carne en lata. Según el magazine, le gustan sobre todo las conservas de carne de Fray Bentos, una marca británica de origen uruguayo. Tal es su pasión que los suele servir a sus invitados, terminando la comida con helados de postre.
Pastel de carne / Fray Bentos
Además de la fruta que le da el azúcar necesario para afrontar el día, lo que más suele comer la princesa Ana son arenques ahumados, que puede ingerir más de una vez al día. Cabe destacar que este pescado es muy habitual en los desayunos británicos, incluso Isabel II lo hizo parte de su dieta durante 70 años. Al parecer, se convirtió en tradición desde que ella y su hermana Margarita percibieron un olor que salía del castillo de Windsor y que les resultó de lo más atractivo. «Fascinadas, siguieron el rastro y se encontraron con la cocina privada de la señora Alice Bruce, que después ejercería como ama de llaves del castillo. Ellas llamaron a la puerta y fueron recibidas en la cocina antigua con un gran horno de leña, con sus arenques friéndose. La señora Bruce les dio a las princesas su primer bocado de arenque y les enseñó a cocinarlo», contó Charles Oliver en su libro.
Arenque ahumado / Gtres
Pero si la princesa Ana tuviese que elegir su plato favorito, este sería sin duda el faisán con chutney de mango, elaborado por John Williams, chef del Hotel Ritz. Por su parte, la reina Isabel II siempre prefirió el paté Gleneagles elaborado con salmón ahumado, trucha y caballa, y de postre las fresas de Balmoral y los melocotones cultivados en el Castillo de Windsor.